Este es un artículo corto, pero puedes escucharlo también en el audio abajo =)
Versión Audible
Música: Fleets Over Vegas
Artista: The Intangible
Nuestra percepción mental está programada para proyectar situaciones como buenas o malas a un nivel fundamental, y es la perspectiva del juez la que decide en cuál de las dos encaja. Y nosotros somos los jueces.
Ahora, esto es normal y como son las cosas, no seríamos capaces de vivir sin tener este discernimiento de lo que es beneficioso o perjudicial para nosotros. Esto trabaja en completa armonía con nuestros instintos de supervivencia, nuestros alrededores siempre presentan algún tipo de amenaza a nuestra seguridad de una manera u otra. Así que tiene sentido que basemos nuestras maneras de ver el mundo de esa manera. O quizá no.
Donde empezamos a desvirtuarnos con esta mentalidad es más allá de la supervivencia, extrapolamos esta reacción básica a estímulos hacia situaciones complejas en nuestras vidas, interacciones que manifiestan un desafío a nuestras nociones y requieren un análisis más profundo que no puede ser simplificado con un juicio en blanco y negro.
Esto es como el software de nuestras vidas, el sistema operativo que ejecuta nuestras visiones del mundo, en vez del hardware que necesita protección del ambiente.
Ahora mismo vivimos en una sociedad basada en miedos, esto quiere decir que operamos bajos los mismos mecanismos que nos advierten de los peligros latentes en la naturaleza, el nivel reptiliano del cerebro que se encarga del territorialismo, agresión, competencia, lucha o huida, y todo lo que provee una reacción básica preocupada únicamente por existir.
Esta parte del cerebro y sus suiches han tomado control sobre nuestras visiones políticas, sociales, morales, religiosas, dogmáticas, culturales, y todo lo demás que nos forma en los humanos que somos hoy. Por eso es que aún estamos sumidos en la preocupación de ganarnos la vida, nada es seguro en nuestro entorno incluso con todo el avance tecnológico y el vasto control que tenemos sobre la naturaleza en la actualidad.
Nos han condicionado a ver el mundo con lentes de bien o mal, como esos viejos anteojos 3D que tenían una configuración roja y azul para cada ojo, y así todo lo que vemos toma un color cuando vemos a través de uno de los lentes. Vamos a continuar usando el arquetipo Rojo para Mal, y Azul para Bien.
Para todo lo que juzguemos, estamos usando esos anteojos y mirando a través de uno de los ojos, dependiendo de nuestra percepción actual de cómo deben ser las cosas, el color que le asignamos a las situaciones, eventos, momentos, acciones, personas y demás, serán consideradas buenas o malas. De ese modo vivimos nuestras vidas en temor de las malas, y alivio de las buenas. A esto le llamo La Montaña Rusa de la Vida.
Y esto, como ya mencioné anteriormente, es parte de la arquitectura de nuestra realidad, la Simulación en la que vivimos ha sido programada de esta manera por razones que no puedo ni intentaré adentrar aquí. Saber esto es vital por razones que explicaré abajo, pero lo primero que quiero que comprendas es que es completamente normal ver el mundo de esta manera, nos criaron y educaron viendo nuestro entorno con este software, pero no es beneficioso para nuestro estado mental.
Me di cuenta de esto cuando encontré una paradoja en mi vida.
Vamos a tomarte a ti por ejemplo, la persona que eres hoy no es la misma que la del año pasado, y esa persona es diferente a la del año anterior, y así sucesivamente. De hecho, esto aplica al día, la hora, y al minuto (solo que no no podemos percibir estos pequeños cambios en nuestras vidas).
Estamos constantemente cambiando, y si invocamos a uno de tus viejos seres inmediatamente lo juzgarías por todas las cosas “malas” que hizo en el pasado. ¿Cierto? O sea, todos vemos hacia atrás y decimos “jamás haría algo así de nuevo”. ¿Eso realmente quiere decir que hiciste cosas malas en el pasado? Asumamos que sí.
Eso significaría que estabas haciendo muchas cosas malas entonces y no lo sabías, viviste una mala vida. Muy bien, todos lo hemos hecho pero ¿eso significa entonces que muchas de las cosas (si no todas) que estás haciendo ahorita están mal? Absolutamente. ¿Y qué tal tus ideas y la manera como piensas? Eso también.
Así que ahí está mi paradoja ¿cómo vives sabiendo que muchas de las cosas que haces y piensas hoy están fundamentalmente mal? ¿Qué tipo de bien deberías hacer? ¿Cómo empiezas a “arreglarlo”? ¿Y cuál sería el resultado de arreglar algo? Seguramente una vez que empieces a hacer algo diferente, va a ser incorrecto por definición. Esto no tenía sentido para mí.
Eso es, hasta que te quitas los lentes.
Cuando te despojas de los anteojos no volverás a ver más nunca las cosas como malas o buenas, correctas o incorrectas, las cosas simplemente son. Poner tu ego a un lado te permite ver las cosas como eventos que ocurren para tu crecimiento, y no como logros o lamentos.
Tengo que admitir que es particularmente difícil (yo aún trabajo en ello todos los días) dejar de ver nuestro pasado como todo lo bueno que formó nuestro lado alegre, y todo lo malo que creó los temores que forman lo que somos hoy, una especie de amalgamación.
Después de todo, aún anhelamos los viejos momentos de felicidad y alegría, al mismo tiempo que mantenemos un desprecio por otros eventos y gente que nos hicieron daño o causaron efectos negativos en algún punto de nuestra vida. Hay un problema fundamental aquí, vivir en una mezcla de nostalgias y resentimientos sólo crea más dualidad en nuestra estado mental, y perpetúa el juicio en el presente.
Entonces ¿dónde está la practicidad en esta comprensión? No podemos dejar de evaluar si las cosas son dañinas o beneficiosas al nivel fundamental. Pero donde podemos usarla es, primero y principal, en la constante lucha interna que tenemos con nosotros mismos, juzgando nuestras decisiones y acciones, en las vicisitudes de la vida y todo lo que presente un reto a nuestra percepción de cómo estos eventos afectan nuestras vidas.
Esto tampoco significa que si te encuentras juzgando una situación como buena o mala estás fallando en usar este concepto ¡al contrario! Esas son rondas de práctica que tienes en tu vida para resolver una parte en particular que ha estado concibiendo esa situación como correcta o incorrecta.
Permitirte el derecho de quitarte los lentes para analizar una situación es la única manera de dejar de usar la dualidad de tu mente y permitir a tu verdadero Ser absorber el significado del momento, viéndolo por lo que realmente es.
Esto pone las cosas en una mejor perspectiva debido a que no tienes ningún juicio, lo que sea que haya pasado es otra instancia en tu vida que crea un mejor tú, ya que da una experiencia y un nuevo punto de vista. Elimina la culpa y el estimulante, y te deja con la esencia de la oportunidad que pudiste experimentar, vivir, y aprender.
Sustituir este proceso binario de pensamiento con el simple entendimiento de que todo es una lección en tu viaje, y completándola con el agradecimiento de tener tal oportunidad para crecer, hará tu vida mucho más fácil sin la impredecible Montaña Rusa Emocional.
En este momento de mi vida estoy haciéndome preguntas constantemente, y leer esto me hizo mirar hacia atrás de una manera distinta
Ese es el mejor trabajo introspectivo que puedes hacer. Reflejarte en el pasado y aceptar todo como eventos que generaron unas lecciones. En el caso de que te encuentres con algo que aún te incomoda, molesta, o causa una reacción negativa, reconócelo como una alarma que te indica que debes buscar la lección, aprenderla, procesarla, y agradecerle su intervención para tu crecimiento.