Aunque el artículo es corto, también puedes escucharlo si lo deseas =)
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Música: Colors of Eternity
Artista: The Intangible
Al tercer día de una ayuna de 72 horas, haciendo una de mis prácticas de meditación, me dí cuenta de algo que no había pensado antes, la manera como estamos disfrutando nuestras vidas no está alineada con el verdadero propósito de nuestra existencia aquí.
Es difícil percibirlo en el estado actual de nuestra civilización, con toda nuestra tecnología, pavimento, edificios, vehículos a combustible, y el resto que conforma la estructura de nuestro nuevo mundo. De alguna manera, esto nos ha robado el patrimonio de pertenecer a un organismo más grande, nuestra parte en él, y la indiscutible interacción positiva como parte del colectivo.
La naturaleza y yo
Siempre he tenido una conexión con la naturaleza, soy una de esas personas raras que no puede cortar un árbol ni matar a un animal, incluyendo muchísimos insectos, los termino sacando de la casa de una manera segura. Siempre pensé que todos tienen una vida propia, y merecen vivir sin yo sentenciarlos a muerte por temor a ellos o simplemente inconveniencia. Al final, yo soy un inconveniente mayor para ellos.
Cuando viví en la Isla de Margarita me encontré a menudo con tarántulas en mi casa, y aunque me atemorizaban sin duda alguna, las atrapaba con seguridad y las lanzaba al monte de nuevo. He hecho lo mismo con culebras, grillos, polillas, ardillas, y otros animales. Recientemente tuve una ocurrencia con una oruga que cayó en mi parabrisas mientras manejaba para la casa luego del gimnasio.
Cuando lo noté, estaba por entrar a una avenida de alta velocidad, comencé a notar como a una velocidad de 70km/h empezaba a perder agarre sobre el vidrio y comenzaba a deslizarse. Bajé la velocidad a propósito durante todo el camino para asegurarme de que llegara a salvo a mi casa. Luego de un viaje más largo de lo normal, y decenas de conductores molestos conmigo, ambos llegamos a casa, donde lo solté en uno de nuestros árboles más grandes. Lo nombré Gerardo.
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Desde mi primera experiencia sicodélica he desarrollado una conexión más fuerte con la naturaleza, lo primero que se albergó en mi nuevo estilo de vida fue mi sensación de pertenecer al Planeta Tierra y su hermoso ecosistema. En la primera semana luego de esta experiencia tuve la visión más intensa que he tenido hasta el día de hoy, un día publicaré la historia completa ya que fue como un viaje por el espacio y tiempo con un claro mensaje de Pachamama que me guió en esta dirección de muchas maneras.
Este sitio web es el resultado de esta reconexión reciente con la Madre Tierra.
Desconexión del cordón humano
Muchos de nosotros vivimos absortos en la Matrix, dando vueltas alrededor de constructos artificiales creados para atraer nuestra energía hacia la falsa percepción de la vida en la ilusión del mundo creado por el Sistema. La casa, trabajo, estatus económico, normas sociales, comportamiento cultural, ropa y apariencia, dinero, medios sociales, y demás.
Estas cosas, todas ellas nos están distrayendo de darnos cuenta de la realidad en el Planeta. Nuestro aprecio por la naturaleza ha disminuido, nadie ve el vuelo de un pájaro maravillado como lo haría un niño, escuchar la lluvia se ha vuelto deprimente por alguna razón para muchos, al Sol se le huye por varias razones sin fundamento, el bello intercambio de sonidos animales es apenas un sonido de fondo, el susurro de las hojas en los árboles por el viento ignorado, y la lista continúa.
El Planeta Tierra es más que nuestros electrónicos, jardines estériles, ruido de radio y wifi, pantallas de luz azul, la conmoción disruptiva de la industria, tráfico, tiempo, y el resto de lo que adorna nuestra rutina diaria.
Por supuesto, todo el mundo sabe esto, todos admitimos que rumiar mentalmente en la naturaleza es lo más relajante que uno puede hacer. Estudios como este demuestran cómo la gente que ha salido de una cirugía mayor y fueron expuestos a un ambiente natural a través de una simple ventana se recuperaron más rápido, necesitaron menos analgésicos potentes, y tuvieron menos comentarios negativos en las notas de enfermería, comparado con otros que tuvieron una ventana que daba a una pared de ladrillos.
Hay un evidente poder al conectar con Gaia, su amor es tan grande que solo el estar con ella puede elevar tu sistema en un estado deprimido. Por el otro lado, estar constantemente involucrado día a día en la jungla de concreto, crítica social, comunicación electrónica, y ambientes artificiales reducen gradualmente tu frecuencia.
La distorsión es muy grande entre la madre naturaleza y la ilusión que llamamos vida moderna. De algún modo estar en la naturaleza y apreciar completamente sus maravillas se ha vuelto un lujo de tiempo, algo para hippies o locos. La Ciencia Reduccionista ha contribuido a esto muchísimo al simplificar nuestra percepción de los fenómenos naturales, consideran todo primitivo e intranscendente a nuestro estado como organismos civilizadamente avanzados, despojan la esencia propia de lo que estamos hechos, y la vibración con la que resonamos con Madre Tierra.
Nuestros trabajos y obligaciones nos roban más de la mitad de nuestras horas despiertas apurados en la rutina de la mañana, ondulando por el tráfico, atascados en el trabajo, escuchando los ruidos humanos, y corriendo de nuevo a casa para terminar el ciclo diario hasta que encontramos algún tiempo y espacio para nosotros más tarde.
Luego nos sumimos en nuestras pantallas virtuales como en la que estás leyendo esto ahorita, escuchando música, o entreteniéndonos con lo que nos gusta para reducir el estrés del día, encerrados con una luz artificial. Nos privamos tanto del cordón umbilical que siempre estará presente entre Pachamama y nosotros, y esa carencia de sustento debilita nuestro cuerpo, mente, y alma.
Con razón nos están prescribiendo narcóticos y drogas, sentimos una extenuación no natural en el cuerpo, tenemos una ansiedad predominante, mala nutrición, estados depresivos, falta de auto-mérito, y más aún.
Ahora, no hay nada malo con tener un poco de tiempo para entretenerse y hacer las cosas que nos gustan en la casa u otro recinto, todos tenemos nuestros mecanismos de escape condicionados favoritos para lidiar con la falsa realidad a la que somos expuestos cada día. Pero eso no cambia la realidad de que, en el mejor de los casos, son un suplemento y distracción de la fuente de nuestro estado mental real.
Reconexión del cordón humano
No toma mucho volver a comunicarte con la naturaleza, pero algunas personas van a tener problemas, sintiéndose extraños, desconectados, raros, apenados, y otras fuerzas de resistencia que los previenen de maravillarse en la gran simbiosis entre los humanos y Gaia. Así es, hay una relación mutua entre tú y ella, negar esto es negarte a ti mismo y tu propia existencia.
Lo clave para mí es revertirse a nuestra infancia, cuando nuestra ignorancia legítima nos hacía preguntarnos cuando niños cómo fluye un río, cómo vuela un insecto, por qué el Sol es tan brillante, cómo los árboles crecen tan alto, por qué nos ofrecen frutas y semillas, la razón del canto de un pájaro, y todo lo que tu ambiente viviente tiene para ofrecer, dejando que la imaginación fluya.
Vas a encontrar resistencia por tus nociones preconcebidas, todo puede parecer y sonar trivial porque de alguna manera nuestra educación de estrechez mental nos indoctrinó a quitarle la belleza a las plantas, animales, atmósfera, y todas las cosas asombrosas que están esperándonos allá afuera para nuestro placer. El Universo fue creado para ti, maravíllate en él.
Mientras haces esto, canaliza tu niño interior y haz lo que te diga, ya sea meditar en los pensamientos que te vienen mientras hueles el aire y ves el paisaje, o alguna actividad física en la naturaleza ¿Cuándo fue la última vez que te trepaste a un árbol o simplemente recostado de uno?
Para aquellos que pueden llevarlo a otro nivel de consciencia, tengo una práctica que hago cuando voy a caminar sólo: conviértete en un observador. Lo primero que debes hacer es olvidar todo lo que te han enseñado o crees saber de lo que sea, desde el animal volando alrededor tuyo hasta la bóveda celeste rotando sobre tu cabeza.
Todo alrededor tuyo está pasando para que lo veas, lo aprecies, y lo asimiles. Imagina que eres una criatura de otro planeta, visitando en un vehículo que no te deja interactuar con el ambiente, y esto incluye otros humanos alrededor tuyo, así que solo puedes presenciar sus comportamientos desconocidos (a menos de que te saluden, ahí sí sería un poco extraño, al menos sonríeles y pretende que eres uno de ellos) .
Ve las cosas como si nunca las habías visto antes, báñate en la ignorancia que todos poseemos cuando se trata de explicar fundamentalmente qué significa y cómo sucede, experimenta el mundo alrededor tuyo como el extraterrestre que eres en el interior, un visitante en un lugar extraordinario lleno de colores, olores, sonidos, texturas, sabores, y la inexplicable naturaleza de todo, desde una hoja al Sol.
Los resultados de ensuciarse con la naturaleza tienen todos los beneficios que se le antoja a tu alma, la armonía recibida en estas prácticas puede deshacer días o meses de estrés apilados por el mundo moderno irreal en el que vivimos.
Pachamama está allá afuera esperándote a través de esa ventana, cruza la puerta así sea por un minuto y échale un ojo a lo que te espera, sea noche o día.
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