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Música: Cosmic Blessing
Artista: The Intangible
Ya ha pasado un año desde que empecé una dieta basada en plantas, dejando las carnes primero y eventualmente el resto de los productos animales de mi cocina. Este ha sido absolutamente el cambio nutricional más grande que he hecho, y si me conoces un poco deberías saber que la nutrición ha sido mi campo de estudio, y la cocina mi laboratorio.
La idea de una dieta basada en plantas para mí siempre fue un estilo de vida, y no una dieta que se hacía con un propósito específico para mis objetivos. No podía concebir tener ese estilo de vida en el pasado, con las restricciones que acarrea, pero de hecho no era por ser restringido y más por tener la mentalidad correcta.
He pasado por diferentes dietas a través de mi carrera como fisicoculturista, así que la idea de hacer un cambio tan drástico como este no era un gran impedimento para mí. Sí tuve algunas preocupaciones en cuanto a mi ingesta de nutrientes por ciertas vitaminas, minerales, y por supuesto proteína, pero nada que no pudiera resolver con mi formación en nutrición. Pero me estoy adelantando.
Qué lo causó
Estaba escuchando un podcast un día donde me enteré que mi mentor, Eric Helms, era vegetariano y eso me dejó curioso. Decir que Helms es un exitoso fisicoculturista natural, estupendo desarrollador, y un gran ser humano no haría suficiente honor. Al momento, y en parte por mi admiración por él, empecé a contemplar la idea de volverme vegetariano.
No es nada nuevo que yo he estado en contra del establecimiento por más de una década ya, tengo un gran rechazo por el Sistema que domina nuestras vidas y la sociedad, y una de las cosas que no podía tolerar era la ganadería intensiva. Sin embargo, aún compraba y consumía productos animales porque eran más baratos, en mi mente eran superiores a la proteína vegetal, y honestamente porque jugaba el papel de ingenuo a la realidad de su origen, lo digo sin pena de admitir que básicamente me cubría los ojos ante esta verdad.
Pero, si mi mentor podía prosperar en una dieta vegetariana ¿por qué no yo? Así que un día en el verano del 2018, mientras caminaba con mi esposa por el vecindario en nuestras usuales caminatas de charla, le mencioné que eventualmente me volvería vegetariano. Ahora, ella y yo siempre hemos estado en la misma onda, por la mayor parte, en lo que sea que hagamos, hacemos literalmente todo juntos.
Esto fue impactante para ella, recuerdo vívidamente cuando me dijo: “No me puedo imaginar sin comer carne”, a lo que respondí que era sin duda algo difícil de hacer luego de años de condicionamiento tanto mental como en gusto, pero yo sabía que podía dejar de comer carne sin mucho problema, aunque ella no.
Me ayudó que a mí nunca me gustó mucho la carne de ningún tipo, la carne de vaca para mí nunca fue la delicia que todo el mundo hablaba, el cerdo tenía incluso menos gusto, y como puedes imaginarte, el pollo era como agua para mí, había comido tanto pollo que la idea de no comerlo más nunca de hecho me hacía feliz.
El pescado y los mariscos en general nunca fueron algo que me gustara, nunca resonó conmigo así que no me afectó eliminarlos de la lista. Cuando se trata de mi percepción de los productos animales sin embargo, a un nivel energético, tengo otro punto de vista con la comida del mar.
Pero para mi esposa esto era inconcebible, ella no era de comer muchos vegetales, e iba a tener que pasar por muchos cambios conscientes muy difíciles para poder dejar de comer carnes. Pero, como son las cosas, 2 meses después bajo una meditación profunda, tuvo una visión sincronística que le cambió la vida. Esta visión la llevó a su infancia donde empezó a visitar experiencias tempranas de su niñez.
Esa es una larga historia por sí misma, pero el resultado de esa meditación, y consecuentes integraciones a raíz de esa, fue una vegana de pura cepa. Esto obviamente hizo muy fácil mi cambio inmediato a un plan vegetariano, nosotros siempre hemos cocinado juntos y hemos consumido relativamente las mismas comidas, y mi primera transición a una dieta lacto-ovo vegetariana fue perfecta y como una seda.
La mente fisicoculturista
Ahora, tengo que admitir que hay dos factores importantes que me ayudaron a hacer un cambio tan drástico en mi dieta en general, puede que me desvíe un poco del tema principal, pero sígueme la idea ya que pienso que esto es importante para la transición, ya que pone las cosas más en contexto en cuanto a lo que toma adoptar una mentalidad seria hacia una dieta basada en plantas.
La primera es que como alguien que siempre ha estado jugando con dietas como un estilo de vida, me he acostumbrado a cambiar las cosas y no me apego mucho a ciertas comidas, así que las sustituciones, restricciones, la voluntad de intentar cosas nuevas, y un aprecio por la comida en general (cada una de ellas realzadas por mi deporte) fueron de gran ayuda.
Desde que era niño jamás he rechazado comidas como algunos hacen, vegetales, sopas, comidas tradicionales de otras culturas, por una razón u otra siempre estuve dispuesto a probarlas y buscar el disfrute que otros encontraban en ellas. A menudo me gustaban estas comidas nuevas, exceptuando las picantes, no soy el típico hispano en ese sentido.
Esto es algo que debo admitir que siempre ha sido parte de mi personalidad, y de hecho puedo llegar a decir que esto es lo me llevó a ser un experimentador de dietas de todo tipo para mis objetivos de composición corporal, entrenamiento, y razones de salud, de modo que definitivamente hizo que la transición fuera mucho más suave por estar abierto a las posibilidades como siempre lo he estado.
Lo segundo es que, aunque algunos vegetarianos o veganos lo acepten o no, adoptar una dieta basada en plantas seguramente te convertirá en una especie de paria o proscrito social. Ciertamente esa no es una idea extraña en mi vida, habiéndome mudado a un país como los EE.UU. con su estratificación social en mi adultez, y teniendo un rechazo a las tendencias comunes culturales, ya estaba en camino a ser un forastero de la sociedad.
Agrégale a esto que los fisicoculturistas aprenden en buena parte a excluirse de eventos sociales, y tienes a un buen candidato para la auto reclusión. Estos patrones de comportamiento hicieron posible que adoptara fácilmente este nuevo estilo de vida al cual me estaba inclinando internamente, e inevitablemente convertirme en el cambio que necesitaba.
La motivación de fondo
Ya mencioné mi desprecio por la ganadería intensiva, esta fue la idea central para dejar de consumir productos animales, y por defecto adoptar una dieta basada en plantas de algún tipo. Segundo es que, mientras aprendí más colateralmente por mis investigaciones, no solo me di cuenta de lo saludable que es una dieta basada en plantas, sino lo dañino que son los productos animales para el cuerpo humano.
Como alguien que ha estado involucrado en la ciencia de nutrición por más de una década, me impactó saber que esto era cierto. Rápidamente me di cuenta de que la razón por la cual esto no es conocimiento convencional es gracias a la industria y sus influencias de corrupción para ocultar estudios y evidencia que afecten sus ganancias. Nada nuevo aquí, más de la misma basura corporativa que ya conocemos.
También me di cuenta de cómo este tipo de dieta iba a mejorar mi desempeño en muchos niveles dentro de mi deporte. Así que, estaría dejando de contribuir a la Industria, ser más saludable, y mejorar mi capacidad en el gimnasio, oro puro. Todo esto delineó el camino para refinar mi nueva dieta.
Convertirme en vegetariano para mí fue bastante fácil, pero la idea de veganismo fue más difícil de digerir, fue gracias a mi esposa que empezó por ese camino (sí, la misma que no podía imaginar ser vegetariana), quien investigó cada aspecto de lo que es ser vegano, que empecé a concebir un plan para hacer un cambio juntos de una manera inteligente, tomando en consideración cada necesidad nutricional que de otro modo pudiéramos carecer, como proteínas, vitaminas, etcétera.
Mantuve mi dieta lacto-ovo vegetariana por un par de meses, al principio estaba un poco preocupado por la falta de proteína debido a mi deporte, así que lo primero que hice fue probar diferentes proteínas en polvo, encontrar sustitutos decentes y combinaciones de proteínas para el almuerzo, balancear algunas de mis comidas usuales que usaban proteína de suero/caseína (como mi deliciosa Protoavena, tuve que desarrollar una receta nueva y ahora sabe a maná), y otras logísticas de cocina que pudiera adaptar a mi dieta.
Con el tiempo comencé a eliminar el resto de los productos animales de mi dieta. Los huevos fueron fáciles ya que nunca me gustaron mucho, tengo que admitir que el queso fue lo más difícil de todo (y estoy muy agradecido del fenomenal queso vegano que hay ahora), y finalmente el suero y la caseína fueron los últimos en mi lista sólo porque tenía mucho, y al final terminé regalándolos de todos modos.
Variedad y percepción
Uno de los beneficios que he estado disfrutando es la variedad de comida que ahora consumo, no solo tengo una alta gama de opciones para comer de artículos independientes, pero los métodos de preparación y cocción son mayores de los que solía tener.
Esto es muy importante para mí, comer las mismas comidas una y otra vez es algo a lo que particularmente me condicioné a hacer, pero no importa cuánta fuerza de voluntad tenga, al final se vuelve aburrido y vacío.
También siento que esta es una de las razones por la cual mucha gente sale a comer, tener unas pocas opciones en casa se hace tedioso, y buscan “buenas comidas” fuera de sus hogares. Esto inherentemente causa problemas de sobrepeso y salud debido a la naturaleza de cómo la industria y los restaurantes cocinan los alimentos. Pero ya estoy divagando.
Otra cosa que se desarrolló con el tiempo fueron mis papilas gustativas, los vegetales no tenían sabor para mí, eran un relleno en mi plato que conscientemente ponía por los beneficios que proveen; del mismo modo, las frutas eran un agua azucarada con un sabor distintivo. Ahora, luego de meses de consumir una dieta basada en plantas, disfruto el sabor de todo a un nivel que es difícil de explicar.
Habiendo explorado una buena cantidad de vegetales con diferentes texturas, sabores, consistencias, combinado con cómo los cocino, July y yo estamos constantemente admirando nuestras comidas como manjares. Esto pasó sin duda luego de desensibilizar nuestro paladar de muchas comidas procesadas, incluyendo las carnes que siempre se tenían que cocinar con algo de grasa y azúcares para cambiar el sabor.
Me parece justo mencionar que hay un elemento que ha jugado un papel importante en el cómo considero las comidas ahora también. Gracias a mis prácticas de meditación y mis ayunos frecuentes, he desarrollado un aprecio por las comidas a un nivel fundamental.
Para muchos, el comer se ha vuelto un acto de llenar el estómago por costumbre, saborear algún tipo de comida para satisfacer antojos, o por aburrimiento, en algunos casos hasta por desperdicio. Esto limita nuestra capacidad de apreciar la comida por lo que esencialmente es: nutrición para el cuerpo.
Hace casi una década solía escribir sobre esto, una de las cosas que más me impactó de la cultura estadounidense era el despilfarro de comida, el cómo la gente comía por gusto más que por necesidad. Desde las comidas mundanas del día a día donde dejan restos por doquier como basura, hasta las absurdas competencias de comida, otro deporte americano, donde los participantes compiten por la mayor cantidad de comida consumida.
Esta mentalidad es un sacrilegio a la condición actual del planeta y la humanidad en su totalidad. En los EE.UU. nada más casi 50% de la comida producida termina en la basura. Quiero reiterar eso, casi la mitad de la comida que es creada para el consumo público es desechada como desperdicio. No es sorpresa que la gente no le de valor a la comida en esta sociedad, siendo un regalo sagrado por parte del planeta y tristemente, de sacrificio animal también.
Recobrar este agradecimiento por la comida, que no por coincidencia está presente en todas las religiones y no tiene nada que ver con veganismo, va a alinearte mucho más en tu conexión con tu ser superior y la Tierra, precisamente de dónde venimos y dónde estamos ahora.
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