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Música: Cosmic Blessing
Artista: The Intangible
Mi mentalidad vegana
¿Eres vegano Gabo?
Ah, la pregunta inquisitiva, independientemente de qué tanto nos podamos expresar en algo, siempre habrá la necesidad de una respuesta rápida que satisfaga a los impacientes. Mi respuesta corta es no, pero en mi respuesta larga digo que sí.
La razón por la que no digo ser un completo vegano tiene que ver con la lista que algunos partidarios del movimiento tienen. Para empezar, admito que algunos de los suplementos que tomo contienen gelatina bovina, y algunos artículos que consumo tienen azúcar refinada. También tengo unos artículos de vestir con cuero que me parece un desperdicio botar a la basura y en realidad no me molesta usar. Eso es lo único, pero prefiero decir que no lo soy y evitar reacciones innecesarias.
Hablaré más sobre el vegano fanático y mi visión sobre el veganismo en la siguiente parte de esta serie, pero por ahora siento que es suficiente decir que, aunque pienso que todos esos razonamientos son válidos, no todo el mundo puede ni tiene que aplicarlos para finalmente sentir que están haciendo algo positivo.
En mi respuesta larga donde me considero vegano, explico cómo todo esto es una mentalidad para un propósito, y empieza por abandonar el consumo de los principales productos animales, y más adelante ir implementando otros comportamientos que aportan a la noción de eliminar el uso de animales para nuestro placer.
Algunas personas dicen que hay diferentes matices del veganismo, y estoy de acuerdo con eso siempre y cuando tomen en consideración la idea central de reducir o eliminar los productos animales del mercado. Se trata sobre los principios.
Así que por eso es que no me pongo el título, pero de corazón sí soy vegano.
Ahora, no soy el vegano orgulloso, activista, insultador, humano-planta agresivo, y promotor de este estilo de vida. Aunque tengo mis convicciones del por qué una dieta basa en plantas es superior a una basada en productos animales, no me preocupo porque la gente se cambie, o incluso abran los ojos a la crueldad de la ganadería intensiva. No hago que la gente se sienta mal por su selección de comidas, degradarlos, o cualquier otro mecanismo de culpa que algunos veganos tienen.
Creo firmemente en que todos estamos haciendo lo que consideramos correcto y saludable, creo que nadie ve las cosas como yo las veo, e incluso si lo hicieran, no espero que reaccionen a mi manera. Claro, tengo que admitir el efecto de máscara que es necesario para ignorar cuando hablamos únicamente de la crueldad animal, pero yo mismo usé esa máscara toda mi vida hasta ahora.
Hago lo que hago porque siento que son correctas para mí, mi familia, mi futuro, el ambiente, y por supuesto como un todo: por mi amada Pachamama. Escribo al respecto porque amo escribir mis pensamientos, y lo hablo únicamente con gente que tiene interés o me hacen preguntas. Para mí, hablar de dietas es como hablar de mi vida sexual, nadie está interesado en que les cuente al respecto, pero si me preguntan, hablaré hasta el punto que sea necesario por la conversación, nada más ni nada menos.
Métricas de salud
Como dije anteriormente, la segunda razón para considerar una dieta basada en plantas, luego de mi rechazo a la ganadería intensiva, fue mi salud. Un breve trasfondo mío, tengo una historia familiar de enfermedades cardiovasculares por el lado materno, su padre tuvo 4 ataques de corazón, ella tuvo uno también en conjunto con 10 stents en los últimos 14 años, ambos hermanos tuvieron operación a corazón abierto, y para terminar me parezco mucho a ella físicamente, lo que por defecto me hace todo un galán.
Me empecé a enseriar más en cuanto a mis físicos anuales incluyendo exámenes de sangre luego de cumplir 30 años, y lo que encontré fue que, como era de esperarse, mi colesterol siempre estaba alto. Este fue el tiempo en el que decidí ponerme en forma otra vez, mejorar mi dieta, y ser más consciente con las comidas que pudieran afectar la acumulación de colesterol.
Estaba al tanto de que el colesterol dietético no tenía impacto en el colesterol sanguíneo, y me digerí el conocimiento y estudio de Peter Attia en cuanto a partículas de LDL en vez de conteo de LDL. En resumidas cuentas, esto quiere decir que aunque el LDL seguía siendo una señal de posible aterosclerosis, la prueba típica que nos hacen en el laboratorio es una referencia pero no la imagen completa de cómo el LDL puede ser perjudicial.
Sin entrar en detalles minuciosos innecesarios sobre el colesterol y las arterias, mi calle ciega era que igual seguía teniendo colesterol alto y no estaba seguro de si era del tipo normal o el malo. Pude haberme hecho la prueba de sangre con RMN pero no lo hice, al final lo que me interesaba era bajar el bendito LDL a través de la dieta.
Probé todo lo que supuestamente era bueno para aumentar el HDL y bajar el LDL: bajé mi grasa corporal, comí una dieta baja en grasas saturadas, fui cetogénico por más de un año, bajo en grasas después de eso, ayunos intermitentes, y otros métodos dietéticos y en cada uno de ellos revisé mi colesterol, y siempre salía alto.
Otra cosa que, por alguna razón, empezó a salirme alto en los 2 años que precedieron mi dieta vegana fueron unas enzimas de hígado elevadas. Aún no sé con exactitud por qué empezaron a ser un problema, pero sabía que ahora tenía eso recurrente. Investigué y encontré que estas enzimas pueden elevarse por 7 días luego de entrenar con pesas, lo cual tenía sentido por mi estilo de vida, pero era causa de preocupación de todos modos.
Resultados
Aún no estaba consumiendo una dieta basada en plantas completamente cuando me hice mi último examen de sangre, todavía tenía trazos de lácteos aquí y allá, sin embargo aquí no estamos definiendo una dieta específica y estricta, más bien los efectos de eliminar lo más que se pueda el consumo de productos animales. Más importante aún para este tema, a este punto ya había dejado de comer carne y la mayoría de estos productos animales que contienen colesterol.
Por primera vez en mi vida de adulto vi mi colesterol en el rango correcto así como todo lo demás. Las enzimas del hígado salieron bien también, aunque no sé si esto tenga que ver con mi cambio de dieta, pero fue una sorpresa placentera de todos modos.
Al momento mi intuición me dijo que tenía que ver con los cambios obvios en mi dieta, y luego tuve una confirmación sincronística con una amiga que estaba haciendo su trabajo de doctorado en las enzimas claves que regulan el colesterol para el desarrollo de nuevas drogas, y mientras ella me explicaba el proceso, todo empezó a tener sentido en cómo mi colesterol ahora estaba en el rango adecuado.
Cuando no se consume colesterol dietético se solventa el exceso de colesterol en la sangre, debido a que el cuerpo produce todo el colesterol que necesita, el adicional tiende a flotar en la sangre y causar daños en mis arterias. Esto es debido a las cartas genéticas que me dieron al nacer.
Vale mencionar que sólo los productos animales contienen colesterol, las plantas no.
Honestamente, aún estoy abierto a la posibilidad de que me vuelva a salir alto en una de mis futuras pruebas, y descubrir que después de todo no era la solución que necesito, pero por ahora parece ser lo único que ha funcionado, y es un bienvenido efecto secundario de mi dieta.
Una perspectiva vegana
Tengo un concepto del movimiento vegano el cual es bajar el consumo de productos animales, con el objetivo de eliminar las prácticas de producción actual. Para mí, ser vegano es para contribuir en cualquier medio posible hacia esta causa, así que lo que sea que nos ayude a avanzar en esta dirección es buenísimo.
Ahora, como con cualquier otro modo de vida, siempre hay prácticas radicales que parecen más de un culto que de una comprensión flexible de la realidad como un todo. A lo que me refiero es que gracias a algunos grupos, el veganismo se ha convertido en este método extremo y hasta actitud fanática hacia la comida, una mentalidad de todo o nada.
Ser un coach y consejero de nutrición me hace ver a través del velo restringente de esta visión drástica, la veo muy a menudo en otras comunidades. Como en la mayoría de los casos, hay un espectro en mi concepto de lo que es adoptar una vida vegetariana. Desde el zero-waste crudivegano, hasta el lacto-ovo pescetariano. Hay muchas maneras que alguien puede diseñar y vivir un estilo vegetariano.
Antes de entrar en los diferentes matices de dietas basadas en plantas, quiero reconocer a un subgrupo que hace un esfuerzo en reducir el consumo de productos animales: los flexitarianos. Esta gente normalmente lleva una dieta vegetariana pero aún incluyen carnes de vez en cuando. Así que, a pesar de que incluyen carnes en su dieta, hacen un trabajo consciente en bajar la frecuencia y cantidad de ellas, y yo particularmente estoy agradecido por ellos.
Ya he hablado del por qué considero que una dieta basada en plantas es superior a otros métodos dietéticos vegetarianos. En esencia, siento que la comida más perjudicial y de menor valor nutricional son las carnes, y ahí es donde la mayoría de la gente empieza y me parece que este es el mejor lugar donde comenzar a considerar una dieta vegetariana.
Luego de dejar las carnes (cerdo, ternera, res, básicamente cualquier mamífero), algunas personas consideran continuar consumiendo pollo o aves en general. Aunque no es estrictamente una dieta vegetariana a este punto (aunque de todos modos se le llama una dieta pesco-pollo-vegetariana), a mi parecer las aves están más lejos de nosotros en la familia animal para ser un poco más neutral en términos de la carne de por sí. Sin embargo, la producción de pollo está al mismo nivel de todo lo demás en la ganadería intensiva, convirtiéndola en una comida horrible energéticamente.
9 mil millones de pollos son sacrificados por comida cada año en los EE.UU. nada más (eso es casi 2 mil millones más de lo que hay humanos en el planeta), y unos 50 mil millones en todo el mundo.
Luego de dejar el pollo nos quedamos con la comida del mar, huevos, y lácteos como el resto de los productos animales. Hay muchas combinaciones aquí que la gente puede hacer, dependiendo de lo que coman o no, hay pescetarianos (algunos incluyen huevos y/o lácteos, otros no), lacto-ovo vegetarianos (lácteos y huevos), lacto vegetarianos (sólo lácteos), y finalmente veganos.
Los matices del veganismo pueden ser muy amplios y aburridos de listar, puede incluir no consumir miel para algunos, hasta no usar cosméticos probados en animales, cuero, lana, pieles, y cualquier otro material derivado de un animal. La idea es la de parar de contribuir a la industria animal en general.
Para completar, quiero mencionar los crudiveganos, los cuales no consumen sino vegetales y frutas crudas, básicamente nada que se deba cocinar para el consumo. Similarmente, están los frutarianos, y hay una serie de metodologías para este estilo que no adentraré aquí. Estoy seguro de que podemos agregar más estilos y combinaciones en el continuo vegetariano, pero estos grupos mencionados son las estrategias generales.
Mi conclusión
Para mí, todas estas son decisiones respetables y admirables, toma mucho valor interno y cambio para adoptar una dieta de cualquier tipo que restringe y evita contribuir al estado actual de la producción y consumo de comida, todos tienen en mente la necesidad de evitar grupos de comida por razones éticas y de salud.
Honestamente siento que estos cambios pueden ser adoptados por cualquiera que lo encuentre adecuado a su vida, pero solo aquellos que tienen un motivo interior de evitar grupos de comida de cualquier tipo son quienes mantienen la dieta y la adoptan como estilo de vida.
Si lo notaste, en los últimos dos párrafos denoté la parte interna de la fuerza motivadora que incita a la gente hacer estos cambios de dieta. Como ya bien sabes de las otras partes anteriores de esta serie, las dietas restrictivas no son fáciles de hacer con todos los factores sociales en juego, debe venir de una verdadera y honesta intención de evitar comidas si no piensas consumirlas nunca más. El mismo rechazo que puedes tener de comerte un saltamontes vivo o cualquier otra cosa que consideres desagradable y poco atractivo.
La mayoría de la gente no está viendo el panorama completo, y no es porque no lo sepan o admitan, todos tendemos a no querer ver las cosas que son dolorosas, nadie quiere experimentar dolor y culpabilidad si lo pueden evitar. Yo ciertamente lo evité por décadas, sé lo que se siente mirar a un lado por lo difícil que es aceptar esa realidad.
Es doloroso admitir que nos han engañado y mentido para creer que necesitamos productos animales, y nos hace sentir incómodos con nosotros mismos por todo lo equivocado que estuvimos en el pasado. Pero, podemos continuar amando la mentira, o empezar de nuevo con una perspectiva diferente y con decisiones conscientes en nuestra comida.
Una noche estaba en una meditación profunda, en conexión con Gaia, y por segunda vez me mostró lo innecesario que es este sufrimiento alrededor del mundo. La cantidad de dolor, miseria y muerte viniendo únicamente de los animales en el planeta ha incrementado terriblemente.
Todo esto se transfiere al campo energético del Planeta, y aunque este no es el mejor lugar para explicar cómo las emociones generan frecuencias, es importante saber que cada pensamiento y emoción contribuye al campo electromagnético de donde todos decodificamos nuestra realidad.
Esto a cambio afecta directamente nuestro estado de consciencia, sensaciones y sentimientos de una manera negativa por las bajas frecuencias naturales del tormento y agonía a los que son sometidos estos animales. Ojo, esto no es ninguna pseudociencia ni creencia mística a esta altura de nuestra tecnología, ya es ciencia convencional, pero no se ha popularizado, no es de extrañarse por qué.
Gaia me mostró también lo absurdo que es toda esta carga negativa que al final nos afecta a nosotros mismos a un nivel mental, todo por el bien de las ganancias monetarias y no por supervivencia ni nutrición.
Otra nota importante, porque la veo mucho en mis círculos de fitness, es que hay muchos veganos de moda que no tienen esta motivación interna, y parecen hacerlo por la noción errónea de que el simple hecho de ser vegano es saludable sin importar cómo: ¡no lo es! Podemos argumentar que puede ser menos perjudicial que otras dietas, pero no cuando esta variación de veganos se centra en comidas procesadas, deja mucho que desear.
Esto es típico de aquellos que no quieren abandonar la dependencia de la industria para satisfacer sus paladares, y se enfocan en comprar y consumir alimentos hechos con ingredientes que pasan la “prueba vegana”, y están completa y absolutamente procesados y vacíos de nutrientes, además de la típica densidad calórica que los caracteriza. Pero de nuevo, cada quien en lo suyo.
Ahora, no hay nada malo con ir de un lado al otro en el espectro de opciones dietéticas a mi parecer, la gente toma sus decisiones y hay tanta variedad híbrida de métodos que te permiten reducir el consumo de productos animales, sin convertirte en el proscrito de tus familiares y amigos.
Lo que hagas no importa tanto como la intención del porqué lo haces.
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