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Música: Salvation in the Stars
Artista: The Intangible
La realidad, como la percibimos, es una proyección del cerebro. Esta distinción es fundamental para lo que estoy a punto de describir aquí, necesitas entender esto en su núcleo para asimilar el resto de esta sección.
La mente es algo que aún no entendemos completamente, y tampoco estamos destinados a hacerlo con nuestro cuerpo y estructura limitada, porque nuestra mente es ilimitada y nuestro cerebro no. Los científicos han intentado de muchas maneras, como siempre es el caso, de comprender y explicar qué es la mente y dónde se genera, pero fallan una y otra vez. Es lo mismo que el infinito, nadie puede imaginarse lo que es, pero existe. Mantén eso en mente 😉
Sin embargo, nuestro cerebro sí proyecta nuestra realidad, algunas personas lo llaman constructivismo debido a que estamos constantemente construyendo lo que percibimos como nuestro entorno, sensación de ser, conciencia, y lo demás. Todo esto es hecho a un nivel subjetivo, queriendo decir que mientras adquirimos conocimiento de nuestras experiencias y se vuelven memorias, las asociamos con el presente y creamos un punto de vista de cómo es el mundo en un dado momento.
En otras palabras, quién creemos que somos y el ambiente alrededor de nosotros, incluyendo gente, comportamientos, acciones, momentos, sensaciones, y la realidad a un nivel consciente, es una construcción individual basada en experiencias y entendimientos. Así que, somos responsables de la percepción de nuestra propia realidad, más nadie.
La historia que te crees
Cuando le contamos una historia a alguien, sea un evento familiar, un problema de trabajo, un momento emocional, o lo que sea que hayamos experimentado, lo estamos diciendo desde nuestro punto de vista. Esta es una noción común y aceptada de cuán subjetivas son nuestras experiencias, has escuchado cosas como “la historia es escrita por los que la ganaron” o a un nivel más mundano “estás contando tu versión de la historia”.
No podemos evitar hacer esto, después de todo nosotros somos lo protagonistas principales de la realidad que vivimos, y esta visión no puede ser debatida por otros que no experimentaron el evento. Excepto cuando alguien más está involucrado y cuentan la historia desde su perspectiva, entonces nos encontramos en un aprieto porque podemos encontrar información conflictiva con tu versión.
Muy bien, esto no es nada nuevo y la mayoría de la gente racional sabe que esto es simplemente el paradigma por el cual basamos nuestras vidas, y no hay nada que hacer aquí, en el mejor de los casos podemos considerar los puntos de vista de otros en un asunto específico, y quizá cambiar los nuestros al entender que hay otros puntos de vista ventajosos mejores que los nuestros y ¡voila! Ocurre el aprendizaje.
Pero por supuesto, quiero llevarte más profundo en esta ilusión que llamas tu realidad.
La primera parada que quiero hacer ya no es en la proyección exterior que haces al describir tu realidad, esto es lo que expresas por fuera acerca de ti y los eventos en tu vida, la historia que le cuentas a otros. Hablemos de la historia que te cuentas a ti mismo acerca de ti y tu percepción diaria del yo.
Así como haces con otra gente, lo haces contigo mismo, te sientas en meditación y analizas quién eres o incluso una situación que viviste. Si extrapolamos la idea externa de que la realidad de una historia depende del observador ¿cómo puedes estar tan seguro de que tu propia percepción del yo, te está diciendo la verdad de quién eres o qué en realidad sucedió en un momento dado que estuviste involucrado?
Digamos por ejemplo que algo sucedió en el trabajo o en tu vida personal, dejas la escena convencido de que tu convicción es correcta y que la versión que sacaste es verdaderamente lo que acaba de ocurrir. Te invito a que tomes un paso atrás ahora y apliques la subjetividad de tu hilo de ideas ¿hay algo ahí que pudiste haber construido para sentirte mejor al respecto? ¿Hay algo que puede ser desafiado por otro punto de vista diferente al tuyo?
Estoy seguro de que lo hay ¿por qué? Porque el cerebro está siempre preocupado por generar un alivio rápido que te haga salir del momento tan pronto como sea posible, es un mecanismo de supervivencia en su núcleo, la función de tu cerebro es preservar a su anfitrión, i.e. tú. Esto es normal, no hay nada mal contigo per se, así es como funciona el cuerpo a niveles fundamentales: reacciones básicas a estímulos para sobrevivir.
Sin embargo, el trabajo de nuestra mente es procesarlo para un mejor entendimiento, y aquí es donde todos fallamos por mal condicionamiento, recuerda que la mente es ilimitada y tu uso de ella es crucial para el crecimiento y el aumento de consciencia como ser humano. Aquí es donde aplicas la idea de que ninguna historia contada jamás es totalmente cierta, es solo la fabricación del observador. Esto significa que probablemente debes asimilar el evento como una simple ocurrencia en tu vida y no juzgarla con tus nociones preconcebidas, esto lleva a una mayor sabiduría y quizá una lección nueva para tu percepción.
Pero vamos a profundizar un poco más
La identidad del yo
En Hindi está el Maya, la ilusión, y es usada comúnmente para referirse al engaño en que los humanos creen cuando interactúan con la realidad del mundo. Es un concepto difícil de procesar porque estamos densamente invertidos en la dimensión material de nuestra existencia, pero se mantiene el hecho de que nuestra creencia del yo está distorsionada.
Siguiendo mi hilo anterior en cómo nunca tenemos la razón cuando contamos una historia, incluso a nosotros mismos, puedes estar seguro de que todo lo que crees ser puede y debe ser cuestionado. En otras palabras, no eres quien crees ser. Decir lo contrario es pretender que tu concepción actual del yo es final e incambiable, y estoy absolutamente seguro de que a través de los años has cambiado tu identidad en numerosas oportunidades, este es el curso natural de la vida en los humanos.
He mencionado esto de una manera distinta cuando hablé sobre la dualidad de la percepción, pero esta vez voy a una introspección mucho más profunda al ahondar en cómo te identificas y dónde fallas en ser fiel con tu propio ser.
La mayoría de las cosas que has creado acerca de tu identidad ha sido de fuentes externas que no tienen nada que ver con tu ser interior, una gran parte ha sido influenciada por tu cultura y sociedad y tienen el poder de crear la ilusión llamada Maya. Los más fáciles de reconocer son tus títulos.
Empezando por tu nombre, aunque un modo muy útil de darle a alguien una palabra rápida con la que identificarte, no describe lo que eres. Así es como la practicidad del cerebro para procesar funciona, sería imposible explicar todo sobre ti al conocer a alguien (y sería muy extraño también), así que recurres a simplificarlo con tu nombre. Y piénsalo, tú nunca te dices tu propio nombre, hasta suena bizarro pensarlo.
De la misma manera, si tienes una carrera ¿el título describe quién eres en el campo? Definitivamente no, de lo contrario serías igual a cada una de las demás personas en la misma posición que tú. Como un estudiante eres distinto a tus pares, como hijo o hija, como amigo o amiga… entiendes el punto.
Esto también aplica a tus logros en el mundo exterior, las validaciones que obtienes de otros, las marcas que te estamparon los institutos, tus posesiones materiales, y así sucesivamente. Todas esas cosas no describen lo que eres en aislamiento, y te pone a cuestionar quién realmente eres cuando te arrancas esos arquetipos.
El verdadero sentido del yo
Para encontrar lo que te hace a ti internamente, requiere algo de meditación en las cosas que te hacen sentir completo o completa y en armonía. En su mayoría, y muy irónicamente, se hace difícil redescubrir esas cosas que te traen verdadera alegría sin la autenticación externa. Esto es porque a todos nos han impuesto ideales y dogmas que nos sumergieron en la ilusión del Yo.
Es como que has estado cubierta(o) en capas sobre capas de tejidos que no te pertenecen, pero que son útiles para vivir en la ilusión que llamamos vida moderna y comportamiento cultural.
Cuando te observas internamente, y cuestionas si algo es realmente parte de ti, nota si la respuesta te trae alegría sin necesariamente tener que validarla con una fuente externa. Una buena manera de hacer esto, si te puedes reconectar con tus sentimientos, es volver a tu infancia y recordar lo que te hacía sentir feliz y fuera de este mundo.
Otra manera interesante que he encontrado es reconocer si alimenta tu ego en vez de tu alma, la verdadera naturaleza de tu ser. Requiere valentía admitir que algo que pensabas que era parte de ti es de hecho parte de tu ego, y esto no es nada de que avergonzarse, de hecho una vez que te das cuenta y determinas una capa que no te pertenece, sientes una liberación de energía que aligera tu sensación de ser.
Nada de las cosas que son de tu ego te hacen sentir feliz, aunque te ayuden a lidiar con la realidad como la conoces, en el fondo de tu corazón sientes el peso e incomodidad por depender de ellas, todo por obtener las validaciones que crees que mereces. Esto bien puede estar relacionado a tu estatus social, tus posesiones, tus títulos, tus premios, y el resto de los constructos abstractos que son usados para valorar a alguien.
Toma el tiempo para explorar cualquier cosa con el ciclo de pregunta y respuesta. Por ejemplo, si verte “bien” en el espejo te hace sentir feliz ¿por qué eso te evoca felicidad? Porque te ves atractiva(o) pudieras responder, bueno ¿por qué verte atractiva(o) te hace feliz? Para que otras personas se impresionen por tu apariencia. Bien, pero ¿por qué es que el impresionar gente te hace feliz entonces? Y así continuas.
Esto va a llevarte inevitablemente a una razón fundamental en la que tu expresión del yo es generada. Puede que llegues a un núcleo egocéntrico donde “verte bien” ha sido una ilusión creada por el ambiente para encajar en los círculos a los que perteneces. O puedes llegar a una inspiración básica de cuidar tu cuerpo por razones de salud y desempeño, cuidar tu cuerpo puede ser principalmente para mejorar su funcionamiento como un todo.
Trabajo en la industria de fitness y puedo dar fe que la mayoría lo está haciendo por claras influencias externas. No tengo que psicoanalizarlos para darme cuenta. Cirugías, esteroides, suplementos sintéticos, desarrollo específico, procedimientos de laboratorio, y otros son muy comunes en esta población, sin duda todos son perjudiciales para la salud, y todos siguen un camino egocéntrico para la autovaloración.
Lo mismo aplica a los comportamientos, y esto puede ser un poco difícil de navegar pero el resultado final es el mismo. ¿Esas actitudes que aprecias tanto llamar tu personalidad, son parte de ti? ¿O reacciones al constante estímulo que has recibido y/o continúas recibiendo de tu ambiente y te ayudan a encajar mejor en él sin necesariamente ser satisfactorio?
Puedo decir anecdóticamente que la parte más difícil es ser brutalmente honesto con uno mismo, la resistencia que tu mente ególatra ejerce sobre tu ser superior es ardua cuando se le presenta un reto. Es bien difícil aceptar como ajeno algo que has mantenido muy querido como parte de ti, pero hecho correctamente, es como arrancarse una curita adhesiva que ha estado ahí por años: doloroso pero seguido de un gran alivio.
Hubo un tiempo en mi vida donde manejar un Mercedes Benz y tener una casa en el suburbio de clase media era un gran logro. Me empecé a dar cuenta, mucho antes de que empezara a trabajar en la expansión de mi consciencia, de que tener esto era muy insatisfactorio para el centro de mi alma, nunca he sido de los que alardean por sus pertenencias, y aunque nunca lo hice, estaba viviendo esa vida de estatus avanzado en la sociedad. La sensación nada más me estaba distorsionando la personalidad.
Me había convertido en el modelo ejemplar del mundo imperial, la prole capitalista de un país primermundista que solo incentiva más gente a escalar la escalera ilusoria de felicidad. Todo al costo de tiempo con mi familia y un comportamiento laboral esclavizante. Estaba comprando mi posición en el estrato social con mi tiempo y energía, por una sensación menor del Ser.
Abriendo tu consciencia
Cada uno de nosotros está lidiando con influencias externas que crea esta falsa identidad que usamos para engranar en la sociedad, el trabajo, con amigos, la familia, grupos, instituciones, templos, cultura, o cualquier otro establecimiento al que pertenezcas.
A veces se sentirá como que estás perdiendo tu lugar en esos espacios sociales, pero la honesta introspección por la que tú decides atravesar debería decirte si perteneces a ellos o no. Casi siempre aquellos que viven en círculos sociales que no resuenan con ellos, lo hacen a pesar de la insatisfacción que sienten, sólo por la emoción de pertenecer a algo.
Esta quizá es la parte más difícil de asimilar, pero retrasarla solo va a empeorar la liberación. Muchos no sabemos la alegría que nos espera al abandonar patrones que no van con uno, y reemplazarlos por algo que disfrutamos invertir tiempo y esfuerzo.
He tenido muchos clientes que están lidiando con problemas físicos a largo plazo o hasta permanentes, por exponer sus cuerpos a diferentes procedimientos o procesos para cumplir un objetivo específico, con la idea de convertirse en algo que por alguna razón están convencidos que deben ser. Ellos irrespetaron sus cuerpos.
Otros están luchando con comportamientos culturales creados por sus doctrinas y sistemas de creencia que no resuenan con sus corazones, y con la idea de satisfacer a sus familias se comprometen a una vida de patrones preestablecidos en contra de su sentido de libre albedrío y amor. Ellos irrespetaron sus mentes.
En algunos casos, he visto gente caer en un espiral descendente de sus creencias por varias razones desde lo filosófico hasta el odio fundamental contra la vida y sus resultados. El ejemplo más triste que he conocido es el mío. Yo irrespeté mi espíritu.
A un nivel individual, estas son razones para empezar a desarrollar una expansión en tu consciencia que te prevenga de lastimar el complejo cuerpo-mente-espíritu del que estás hecho.
El futuro cercano trae un evento que va a requerir que estés libre de todas estas ilusiones del yo generadas por la Matrix. Como siempre, mi humilde expectativa es delinear mis entendimientos de cómo se desenvuelve esto, y maneras para prepararte para una sensación liberadora de tu niño interno y el poderoso humano que estás destinado a ser.